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viernes, 7 de enero de 2011

El error de inversión (2005)

A tenor de las ventajas que supone "invertir" en la compra de una casa, está claro que el alquiler es un montón de dinero tirado. Sin embargo, encuentro ciertos alicientes para vivir de alquiler, y desde luego, también soy consciente de las dificultades y problemas que plantea una hipoteca, es más, en contra de la opinión general, lo veo como un montón de vida tirada.

Después de ver a nuestros vecinos forrarse con tal terreno o casa que poseían, a las inmobiliarias, constructoras y empresas relacionas multiplicarse y oír en bolsa lo seguro de este sector (más todavía en España) es casi imposible no pensar que eres el único gilipollas que no está ganando pasta con el tema. Surge, casi de inmediato, una asociación directa entre el problema de tener que vivir en algún sitio y, ¡qué bien! poder invertir en este sector tan importante y seguro. Además vivir de alquiler cuesta dinero, y claro, ésto se contabiliza como ganancias brutas, porque ahora estás invirtiendo, ya no tiras el dinero, algún día será para ti con intereses, ¡joder!, es perfecto. No sé si movidos por algo parecido o por algo completamente diferente, pero la tentación de comprar casa a ciertas edades es ineludible, incluso parece que estás perdiendo el tiempo si no te hipotecas.

Este afán de poseer "tú casa" es precisamente lo que hace que vaya tan bien el sector, es lógico pensar que las empresas de éste intenterán maxificar los beneficios, como por ejemplo incrementando la demanda a través del marketing. Quizás ese sueño dorado no es más que el fruto de un marketing hiperactivo, porque a decir verdad, lo de hipotecarse no es ninguna delicia. Exige un gran esfuerzo económico para la mayoría y dura un período de tiempo tan largo, que no se puede saber que cojones va a pasar dentro de 20 años, y si vas a poder seguir pagando la hipoteca los otros 10 años que restan. Yo jamás podría jurar que voy a pagar todos los primeros de mes de los siguientes 30 años, de hecho se dan facilidades y flexibilidad (cuando puedas, pero paga). No sé si la gente lo percibe, pero esto es una carga qué muy fácilmente no dará los beneficios esperados, ya que, a parte de perderla por cualquier circunstancia, también es posible que simplemente pase a los hijos, sin la recogida de intereses económicos prometidos en el sueño inicial. En el cual, también se esboza una especie de futuro lejano en el que ya no se tiene que pagar por vivir, cosa bastante discutible teniendo en cuenta los simples gastos de mantenimiento de una casa de 30 ó 40 años o lo fácilmente que se puede terminar en una residencia.

Podemos echarle un vistazo a la realidad, está claro que tener una casa o cualquier propiedad (sin contar con la bancarrota) te da seguridad, es un ahorro obligado y una salvaguarda, pero ahora bien, ¡¿ese esfuerzo merece la pena?!. Desde nuestra posición económica, ¿de verdad merece la pena?, ¿se evalúan los riesgos y se calculan los posibles beneficios reales? Más bien se sigue la corriente del país, que no del resto del mundo, y como a unos les ha ido bien, pues bien para todos. Otro sesgo en la valoración de riesgos, mucha gente pierde su casa o van a la ruina, pero casi no se habla. Existen otras muchas deformaciones de la realidad pero todas apelan al mismo dilema: ¿se "facilita" realmente la compra de una casa? o ¿se fomenta masivamente ese sentimiento de poseer "tú casa" pero al mismo tiempo se exigen un esfuerzo y tiempo desproporcionados? Para pasar por el aro hace falta una fuerza que empuje o que atraiga, en este caso ataca por los dos flancos, primero se fomenta el sentimiento humano normal hasta superlativarlo, atrayendo hacia la compra y luego, se le empuja con medidas fiscales favorables y, por supuesto, más bienestar.

A parte de mi denodada inclinación a reaccionar contra cualquier movimiento que parezca demasiado bien montado y que, a mi modo de ver, presenta síntomas claros de manipulación y falsedad, de todos los inconvenientes que pueden acaecer sobre el que se hipoteca, del tiempo invertido, de las privaciones y de todos los males que vea cada uno, también es muy cierto que puede dar suculentos frutos y que unos la llevan mejor que otros.

En mi caso, y quizás por auto convencerme, veo oportunidades de vivir mejor de alquiler. En el resto de occidente la clase media vive así, los precios son tan abusivos que la gente no se plantea hipotecarse años, y algunos podrían ser propietarios antes que un español, pero a su modo de ver no es rentable. Yo siento algo parecido, no creo que merezca la pena esa inversión, puede serlo económicamente (con sus riesgos y esfuerzo) pero desde mi punto de vista, y aclaro que es algo personal, quiero vivir en alquiler y emplear mi dinero en otras cosas que considero más importantes que una propiedad (que encima puedes perder en cualquier momento) tales como en mi formación y en mi ocio. No tiene porque ser así el resto de mi vida, es solo que ahora, a esta edad y en estas circunstancias prefiero invertir en mi. Me parece bien la gente que se hipoteca, pero es como clavarte a un lugar (con sus cosas buenas y cosas malas). Se argumenta que se puede vender en cualquier momento. Sí, si lo necesitas de verdad, porque en esta maniobra siempre se puede sacar más retrasando la venta y evitando las penalizaciones, por lo que en la toma de decisiones acaba venciendo la lógica economico-matemática y gozas de un grado de libertad menos. Esto no es todo, una vez inamoviblemente ubicado quien te toque al lado es impredecible y seguramente habrá bueno y malo. Hasta puede que no te guste vivir allí.

Para el alquilado esto es otra historia, como para todos jode una mudanza, pero el alquilado está menos arraigado y tiene experiencia, puede vivir en el centro mientras puede pagarlo y le gusta el ambiente, y quizás un año a las afueras, más barato y con menos agobios y gastos, le ayude a pagar el coche. Si la situación con los vecinos no es placentera, adiós, que el barrio ya no es lo que era, adiós, que me dan trabajo fuera, adiós, que cae el edificio, adiós. Una ciudad muestra caras diferentes según donde se viva, ¿cómo puedes saber donde te gusta vivir si nunca has vivido?, un alquilado tiene la oportunidad de vivir en un surtido conjunto lugares y ambientes, recordando cosas buenas y malas de cada lugar y comparándolas con el estado actual. Sin duda cuenta con mejor información, sabe qué puede soportar mejor de las comunes deficiencias de un hogar y qué es inadmisible. Un alquilado cambia de decoración y de colchón mucho más a menudo que un clavado, a lo largo de los diferentes hogares y momentos de la vida se expresa de una manera acorde con esos instantes, el clavado revive el día que eligió los muebles y electrodomésticos antes de clavarse, al menos, una década. Aunque esto pueda parecer superficial, es justamente lo que venden al decirte: "...que es TÚ casa".

Para el alquilado el cambio no es un momento de trance, forma parte del ciclo, se puede retrasar más o menos atendiendo al momento, pero sabe que puede ser cualquier día. La actitud ante este cambio suele ser positiva, primero se acabaron todos los problemas de esa zona (rencorosamente recordados), la nueva zona elegida, acorde con donde quieres vivir en ese justo instante, a menudo despierta cierto orgullo y satisfacción. Este bienestar se puede repetir cada año, sin embargo, para el clavado solo existe la primera vez (o quizás dos). Luego, todo esto cambia, el alquilado lo sabe, por eso disfruta al máximo la etapa de novedad y descubrimiento (conociendo de verdad el lugar) y a veces gusta, otras para un año o dos esta bien y otras, se va. Pero estas libertades de movimiento, de cambio, son el fondo, el verdadero atractivo reside en la forma de vivir, que es muy parecida a la de propiedad, pero goza del tan beneficioso cambio, de la variación, de la experiencia que permiten un ajuste mayor al lugar y a las circunstancias y reportan un beneficio neto que es vivir donde uno quiere y no donde compró la casa.






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